Hace apenas dos meses nos dejó Luisa Padial, conocida por todos como «La Pata Tiesa». Durante más de 10 años ha colaborado con la Casa de Granada incondicionalmente, ayudando en donde más necesidad hubiera. Entró en contacto con la Institución a través de unas prácticas de Auxiliar. Posteriormente, estuvo como acogida tras un accidente, y una vez recuperada ha sido voluntaria para todo. Conocía muy bien a los enfermos. Tras una infancia difícil, el Señor la condujo a la Casa del Sagrado Corazón y recuperó la confianza y el amor en Dios. Tras ser diagnosticada de un tumor en enero pasado, se fue al cielo a los 26 días de ingresar en el hospital. A la semana se celebró una Eucaristía en la Casa donde acudieron voluntarios de todos los grupos, y hermanas de varias casas de la Institución. Agradecemos a Dios el haberla conocido y damos gracias por su vida.
Recordando a nuestra amiga Luisa, «Pata Tiesa»
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