En un domingo espléndido, la Iglesia celebraba el día del Corpus Christi. En la Casa de Granada, tras la Eucaristía, todos, acogidos, hermanas, allegados…participaron en la Procesión acompañando al Santísimo, alrededor de la Casa, cantando y rezando, hasta la gruta de la Virgen de Lourdes en donde se había preparado un sencillo altar y en donde se pudo adorar al santísimo.
A continuación se volvió a la Capilla para hacer la reserva acompañado de todos.