Pilar Dorado es una joven madrileña, que participó en la Peregrinación a Lourdes con motivo del Aniversario de la Madre. Nos cuenta su testimonio de este verano en la Casa de Bilbao, en el campo de trabajo: “Hace poco que he vuelto de lo que puedo decir, una de las mejores experiencias de mi vida. Algo que empezó como una locura de tres chicos que se acababan de conocer, que llevó consigo un gran esfuerzo y trabajo para conseguir que todo saliese como estaba planeado, bueno salió incluso mejor de lo habíamos pensado. Al principio yo iba con un montón de nervios por saber cómo iba a ser todo aquello y a qué nos íbamos a enfrentar, pero en poco tiempo empezamos a congeniar entre los nueve locos que nos juntamos y todavía más con aquellos enfermos que tanto nos han regalado.
Pensar que me iba a entregar a estas personas sin saber cómo iban a reaccionar y que luego han sido ellas las que me han regalado un pedacito de su corazón y que siempre llevaré conmigo.
Son demasiados sentimientos los que me llevo y con los que me han hecho aprender. Las lágrimas que el último día cayeron por mi rostro son lágrimas de tristeza por dejar a esas personas que me han dado tanto en una semana, pero también lágrimas de alegría por saber que he encontrado un nuevo hogar al que volver.
Por supuesto dar gracias a las Hermanas por habernos acogido tan bien y dejarnos disfrutar de esta maravillosa experiencia.
Sin duda solo me sale decir GRACIAS GRACIAS Y MIL GRACIAS.