{jatabs type=»content» position=»top» width=»600″ height=»auto» mousetype=»click» animType=»animMoveVir» skipAnim=»true» duration=1000 } [tab title=»Pascua Juvenil»]
Jueves Santo:
Un año más celebramos la Pascua Juvenil en nuestra Casa de Granada. Un grupo de 20 jóvenes animados por los Misioneros y Misioneras Combonianas, han pasado la Semana más grande para los cristianos en la Casa del Sagrado Corazón.
Desde por la mañana compartían el rezo con las hermanas, cada día guiado por un joven y acompañado por la guitarra del H. Jesús.
Después unidos por la fuerza de esa oración mañanera, subíamos a levantar a los enfermos que estaban deseando disfrutar de todas las actividades del Jueves Santo. Esa hora era un «folklore», voces, saludos, cantos…era la mejor forma de empezar el día animados y contentos.
El Jueves Santo tras el desayuno, las hermanas dieron la acogida al grupo, presentaron el carisma y espíritu de la Institución y dieron a conocer el día a día de las Casas del Sagrado Corazón.
Mientras tanto, el grupo de jóvenes tenía un rato de Catequesis y reflexión; Se preparaba el Monumento…para el Lavatorio de los pies que se iba a celebrar por la tarde.
Los jóvenes, bien organizados, colaboraron en la cocina, prepararon las sillas de rueda para sacar a los enfermos a ver las procesiones por la tarde, pusieron cine a los acogidos, ayudaron a preparar la liturgia para Los oficios…
Y llegó el Lavatorio de los pies. Una ceremonia entrañable, cercana, propia del Dia del Amor, en donde ya viene siendo una tradición el lavatorio de los pies que recuerda al de Jesús en la última Cena. Algunos de los acogidos se prestan voluntarios, y entre el P. Juan (comboniano) y uno de los jóvenes que hacía de monaguillo iban lavando los pies a todos los de la primera fila.
Quizá fue el momento más emotivo de toda la Celebración, el más familiar y espontáneo. Al final se hizo una pequeña procesión hacia el Monumento preparado con tanto cariño por las hermanas y jóvenes y se procedió a la Reserva del Santísimo.
Como viene siendo también costumbre en la casa, tras la Celebración, los acogidos fueron llevados a ver procesiones, La Estrellla, que pasa cerca de la casa y volvieron felices del paseo, con estampas y flores de la Virgen. Mientras, la gente que llegaba a la casa y algunos acogidos iban acompañando al Santísimo en el Monumento, y las hermanas preparaban las cenas para los enfermos.
[/tab] [tab title=»Via Crucis»]
El Viernes Santo, el acontecimiento del día fue el Via Crucis que celebramos con todos los acogidos a lo largo de la Casa. Preparado por los jóvenes de la Pascua Juvenil, cada estación la abría un enfermo llevando la cruz.
Era impresionante ver cómo algunos se ofrecían espontáneamente para llevarla, como Paqui que en algún momento rompió el hielo y la seriedad con que había empezado el Via Crucis, pidiendo qué por qué no se cantaba una canción.
Pero más impresionante era ver cómo enfermos con las manos retorcidas llevaban muy dignamente la cruz entre los brazos, y nos hacía reflexionar sobre cómo estos enfermos, totalmente dependientes, llevan muy dignamente la cruz de la enfermedad diaria, a menudo con humor, paciencia y sobre todo serenidad.
[/tab] [tab title=»Vigilia Pascual»]
El Sábado Santo, los jóvenes estuvieron haciendo la experiencia del desierto. En la Casa reinaba más silencio y seriedad, hasta por la tarde en que ya se olía el ambiente de Fiesta. Todo eran preparaciones para la Vigilia Pascual, la Gran Fiesta de los Cristianos, la Resurrección del Señor.
Llegada la noche, todo era oscuro. la gente acudía para encender las velas del cirio Pascual. Entramos en procesión a la capilla. Era bonito ver a los acogidos participando de la alegría y llevando sus velas. Los que no podían otra persona se la llevaba. desde que comenzó la Celebración todo era canto y Fiesta. En el Gloria se destapó al Cristo Crucificado que hay en la Capilla, como símbolo de la Resurrección. No faltaron las anécdotas, la cuerda se enganchó y casi no se pudo quitar la sábana que lo tapaba…
En la Renovación de las promesas, el que quería se levantaba y haciendo la señal de la cruz con el agua bendita de la jofaina decía brevemente en el Dios en quien creía. Como anécdota, Paqui, que siempre está pidiendo agua, sin nadie decirle nada, le faltó tiempo para levantarse solita y en vez de santiguarse, metió de lleno las manos en la palanguana y se lió a echarse agua en la cara (y a beber) hasta que se pudo frenarla. Todo el mundo acabó riéndose. Algien le dijo «Paqui, no has dicho en quién crees» y ella respondió «creo en el Padre y en Carmencita» (otra acogida de la casa)…
Y poco a poco iba transcurriendo la Fiesta, entre cantos, risas, cercanía…Después los roscos típicos de Semana Santa para celebrarlo.
En la Misa de Resurrección, se entregó a los jóvenes una cruz Misionera hecha en el Salvador, y a los acogidos un Rosario. La Fiesta, llena de alegría desbordante terminó con muchísimos globos por los aires, como señal del gozo que supone que Cristo haya Resucitado de la Muerta.
¡Feliz Pascua de Resurrección a todos!
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