Mª José Gutiérrez, voluntaria y familia de la Institución, ha escrito esta oración a la Hna. Ana: «Te pido señor, que tengas a la hermana Ana recogida entre tus favoritos, o al menos a tu lado, en tu paraíso. Que tu regalo sea que el paraíso se parezca un poco a su Coripe del alma o a lo que más en paz le haga sentir. Que su alma esté ya descansando en paz, que esté disfrutando con los familiares y amigos y hermanas, que partieron antes que ella. Que nos esté viendo con alegría e ilusión. Que interceda ya ella por nosotros y la Institución.
Acuérdate Señor, de aquella que fue sierva tuya, mujer entregada, que enfermó por los enfermos, que confió y esperó en ti el milagro de cada día y que tanto le gustaba narrar. Aquellos, que a los nuevos nos acercaba a ti y nos trasladaba la confianza de que la providencia también hacia en nuestras vidas algo. Acuérdate de aquella mujer que tanto esfuerzo físico hizo cuando no había medios, para calentar los hogares, para limpiar las casas y para lavar a los enfermos.
Perdona las faltas que como humana pudiera tener, las debilidades, caprichos u orgullos. No las tengas en cuenta a la hora de su partida. Y que pasen a sumar a su favor, la alegría que quiso transmitir tantas veces y queden en nuestra memoria: la sevillana que se marcaba en las fiestas, los ratitos de oración a solas en la capilla contigo. Su amor por su familia de vocación y por su familia humana. Por las familias de las familias de los que nos acercábamos a aportar, a voluntariar o que ya teníamos familia que formaban parte del programa de la Institución.
Gracias personalmente por aquella persona que también tuvo que ver con los principios de mi vocación. Gracias porque siempre me ayudó a encontrar un lugar donde ir, allí donde decidí partir. Gracias porque sé que conté y contamos toda mi familia con sus oraciones durante años.
DEP la Hna Ana que fue acompañada de la mano de la Virgen de Fátima en la hora del Ángelus…»