Una vez más, la Providencia nos sorprende de la manera más original. Nos visita la familia más simpática de conejos: los «Bugs Bunny». Estamos en verano, con un calor asfixiante. La gente descansa del ajetreo de todo el año y se va de vacaciones para desconectar.
En la Casa del Sagrado Corazón son alrededor de las 22h. La comunidad se reúne en el lugar más fresquito que encuentra, y casi da por terminada la labor del día. Así, ya más relajadas, los enfermos acostados, las hermanas comparten lo vivvido ese día y se hacen la pregunta necesaria: ¿qué vamos a poner de comida mañana?
Pasa poco rato , cada una sugiere algo, y de pronto la Providencia, a esas horas de la noche, nos sorprende a través del amigo del padre de una hermana de la comunidad. Ha ido de cacería y nos traen nada menos que ¡10! conejos. está claro que el menú no lo hemos decidido nosotras. Así vivimos cada día, plenamente en las manos de Dios que no deja de velar por los suyos, y el menú se sale de lo ordinario.
Al día siguiente, después de levantar y dar de desayunar a los enfermos, la comunidad al completo, alguna familia y algunos de nuestros acogidos nos ponemos manos a la obra: hay que pelar los conejos, limpiarlos y trocearlos, y cocinarlos, para que todo esté listo para las 13h. Algunas, ni idea de pelar conejos. Algunos de nuestros acogidos más jóvenes, marroquíes, tienen más experiencia y nos dan las instrucciones. Así, entre todos, como en una buena familia, cada uno aporta su granito para que todos puedan disfrutar de un regalo así del Sagrado Corazón.
A las 13h, todos disfrutan del almuerzo.