6 de enero, tempranito, tras acabar con el aseo de los enfermos y levantarlos a todos, se reunen en la puerta del comedor, que está cerrada. Esa madrugada los Reyes Magos han dejado sus regalos para cada miembro de la casa, a cada uno en el sitio que tienen en el comedor. Mientras acaban de llegar los últimos, la H. Concha anima con la guitarra y canta «Ya vienen los Reyes» y otros villancicos. Algunos acompañan con la pandereta.
Por fin se abren las puertas, aplausos, gritos de alegría y sorpresa…cada uno corre o es llevado en su silla de ruedas a su sitio y se empiezan a brir los regalos…Todos parecen contentos…Paqui está feliz, le había pedido a los Reyes «agua» y una muñeca, y para su asombro se encuentra con una botella de agua, que no duda en abrir rápidamente, y dos «niños» con chupete y que lloran. Enseguida les pone nombre: Aurora y Jesús…
En medio de ese barullo se reparte el desayuno y todos disfrutan con los Roscones de Reyes que nos ha regalado la Providencia…
Celebramos la Eucaristía, animada por el grupo de Huétor, que año tras año, trae sus Reyes, cantan y obsequian a los enfermos. Y con esta Fiesta casi despedimos ya la Navidad, hasta el año que viene , si Dios quiere.