El pasado 21 de septiembre, la Iglesia celebraba la Fiesta de S. Mateo, apóstol y evangelista. En el Evangelio del día, Jesús se acerca al mostrador de los impuestos y le dice a Mateo: «SÍGUEME». Él se levantó y lo siguió. San Mateo y fiesta de Sta. María en sábado, fue el día que el Señor escogió para llamar a nuestra H. Sabina a seguirle a las moradas eternas. Sabina Zamalloa, fue la primera novicia que ingresó en la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús. Conoció y convivió muy de cerca con las fundadoras Rosario Vilallonga, Teresa Jáuregui y María Martínez. Profundamente espiritual, entregada y sobre todo muy amante de la Virgen. Todos los días pedía al Señor por su perseverancia y fidelidad así como la de todas las hermanas. Fue Superiora General durante muchos años. A continuación compartimos la monición que tuvo lugar en su funeral, presidido por D. Jose Mª Angoitia, capellán de la Casa de Bilbao.
Nos reunimos esta tarde para despedirnos físicamente de nuestra Hermana, Sabina, y para celebrar como creyentes (en la Eucaristía) su encuentro amoroso con Dios Padre.
Hna. Sabina nació el día 9 de febrero de 1923, en Galdácano, Vizcaya, en el seno de una familia numerosa, pues eran nueve hermanos, de convicciones profundamente cristianas. Al igual que su hermana gemela, María, desde joven trabajó en una fábrica de neumáticos, a la vez que compartía la llamada a seguir al Señor en la vida religiosa.
En los escritos de la M. Teresa Jáuregui leemos: «El día 4 de diciembre de 1949 ingresa la primera postulante, Sabina Zamalloa, joven de 26 años, del vecino pueblo de Galdácano. Alguien dijo de ella: que va para santa; delicada, fina de espíritu, ansiosa de perfección y fidelidad, alma de oración y de entrega; obrera ha sabido luchar en la vida y trabajar callando. Su vocación ya le cuesta lucha y energía». Compartió intensamente con las MM. Rosario Vilallonga, Teresa Jáuregui y María Martínez los primeros años de la fundación; tiempos difíciles en los que la mayoría de los acogidos se caracterizaban por ser tuberculosos y por la gran escasez de medios económicos; lo cual les acrecentaban la fe y la confianza en la Providencia de Dios.
Hizo su profesión perpetua como Pía Unión el día 11 de febrero de 1958. En febrero de 1955 viaja a Sevilla para formar parte de la comunidad de la recién fundada casa de Regina Mundi, en S. Juan de Aznalfarache, en la cual permanece hasta enero de 1965, año en que se funda la nueva casa de Málaga, y de la que será Superiora Local hasta el mes de febrero de 1991, en el que será nombrada primera Superiora General, tras el fallecimiento de nuestra Fundadora, M. Rosario V. Por expreso deseo de la M. Teresa Jáuregui, en su lecho de muerte, el día 8 de septiembre de 1969, pasó a sustituir a ésta en el cargo de Consejera General. Cargo que desempeñó hasta ser nombrada Superiora General. Siendo reelegida en dos ocasiones, hasta completar quince años en este servicio.
En el año 2006 volvió a ser nombrada Consejera Gral, por un período de seis años.
Desde el año 1991 ha permanecido en la comunidad de Bilbao hasta el día de hoy.
En el ejercicio de su cargo como Superiora General visitó frecuentemente todas las Casas de la Institución, excepto la de Oruro, Bolivia, dado su delicado estado de salud.
A lo largo de estos años nos ha dado ejemplo de fidelidad a su vocación como religiosa de la Institución y a sus Constituciones. Fidelidad que tanto para ella como para todas las hermanas pedía de manera especial en su oración diaria; según ella misma nos manifestaba en reiteradas ocasiones.
Fidelidad que cultivaba y alimentaba en la oración y en el Magisterio de la Iglesia; obediente siempre a las indicaciones del Papa.
Mujer trabajadora y austera para sí misma, siempre compresiva y delicada con los enfermos.
Demos gracias a Dios por ella.
Descanse en paz y goce ya en el cielo con el Señor.