En la Octava de Pascua, Angel Mayordomo, acogido en Regina Mundi desde hacía años, se ha ido al cielo. Antes de morir tomó la decisión de donar su cuerpo para la Ciencia.
Muy limitado físicamente, pero poseía una lucidez que unida a una gran fuerza de voluntad, le ha permitido llevar una vida digna: utlizaba la boca para leer y pasar él solo, sin ayuda de nadie, las páginas de un libro; con la boca y un palito era capaz de teclear y escribir en el ordenador.
Participaba de reuniones y dirigía grupos con sus compañeros de fe; se lo pasaba en grande en las salidas y campos de trabajo con los voluntarios, quienes no dudaban en regarlo con la manguera ante ese calor agobiante de los meses de verano en Sevilla. Muy querido por todos; Ha viajado incluso a Egipto, pues era un amante de la cultura egipcia, y siempre tenía a alguien dispuesto a ayudarle y acompañarle en los viajes…
Pero padecía una enfermedad progresiva y se fue agotando poco a poco. Toda Regina Mundi y muchos amigos, le han despedido con una Eucaristía en la casa, celebrada por Curro SSCC, recién ordenado sacerdote, y quien emocionó con sus palabras de cariño hacia Angel y hacia toda Regina.
Nosotros, también desde estas letras queremos despedirlo con un «hasta pronto», pues algún día lo volveremos a ver gozando en el cielo, sin ningún tipo de limitación.