Moyúa, como familiarmente le llamamos, es donde nace la Institución Benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, el 31 de julio de 1947, festividad de S. Ignacio de Loyola, situado en la plaza de Federico Moyúa, nº 6, en los camarotes del edificio. Es propiedad de Dª. Carmen Costa, viuda de Jáuregui, siendo uno de ellos el estudio de su hija Teresa.
Anteriormente, había sido centro de reunión de Rosario y Teresa, y de personas simpatizantes o afines a ellas, donde se profundizaba el evangelio y proyectos de la obra por hacer, referentes a enfermos y pobres abandonados que ellas conocían en sus visitas a pueblos y suburbios.
Poco a poco se va ampliando el pisito con otros camarotes y se hace la obra conveniente, quedando un piso sencillo con muebles donados, suficiente para albergar la primera comunidad.
El 15 de mayo de 1947, se recibe un documento enviado por el obispo de Vitoria, referente a la vida de la Institución, reunión de la comunidad y diversos permisos, para celebrar y tener reservado el santísimo en la pequeña capilla desde el día en que comience la vida comunitaria.
Fecha inolvidable para nosotras, 31 de julio de 1947, festividad de S. Ignacio de Loyola, fecha de la Fundación. Se celebra en la intimidad de la comunidad formada por Rosario Vilallonga, María Martínez , Teresa Jáuregui y María Serna. El P. Arístegui con palabras emocionadas, hace notar cómo el Señor, Rey de Reyes, ha querido venir a vivir por Amor a un camarote. Desde el momento de la Consagración, El santísimo queda reservado en la capilla del 5º piso.
Sí, Moyúa, fue el Noviciado de la Institución desde el primer momento. Lugar de preparación y fuerza para el espíritu. La Institución nace allí para dedicarse a enfermos sobre todo tuberculosos pobres y abandonados.
Se vive el espíritu específico de la Institución de completa entrega a la Providencia Divina. Lo quiere así el Sagrado Corazón para su Obra.
Aparte de ser Moyúa casa de formación, es centro de propaganda para conocimiento de la obra.
También se lleva a cabo los preparativos para comenzar la obra de Ibarrecolanda, primera casa de enfermos deseada con tanta ilusión por todas, donde realizaremos nuestra misión.
El día 8 de diciembre de 1949 entra la primera novicia, Sabina Zamalloa.