Como ya es habitual en años anteriores, los pasados días 15 y 16 de abril, Regina Mundi ha organizado una visita a la feria de Sevilla, llevando un grupo numeroso de personas acogidas en esta Institución, para que puedan disfrutar de unas jornadas festivas donde la alegría, el colorido, el arte y la gracia, abundan por doquier.
Sobre las 11 de la mañana, empezamos las operaciones necesarias para realizar este viaje, donde nos esperaban unas horas que sin duda serían de disfrute y diversión.
El tiempo fue extraordinario, pues el Cielo ha cambiado su triste manto gris, por otro de color azul claro y luminoso, para aportar la feria aún más belleza y majestuosidad y competir con el multicolorido de sus casetas, farolillos, banderas y trajes de flamenca.
Lo primero que hicimos al llegar, fue dar un paseo por todo el recinto ferial, contemplando y gozando de todo cuanto nos rodeaba. Delante de la portada, que este año representaba a la Plaza de España, hicimos fotos a todo el grupo, integrado por hermanas religiosas de Regina Mundi, un sacerdote, numerosos voluntarios y por supuesto, gran parte del personal acogido en la Institución, ya que son ellos, en definitiva, los protagonistas de este evento.
Sobre las dos de la tarde, fuimos invitados a comer, el primer día, a la caseta de la Hermandad de San Gonzalo y el segundo día, a la caseta de la Peña Cultural Antorcha. A ambas entidades, damos nuestras más extensas gracias y nuestro más sincero agradecimiento, reconociéndoles su gran espíritu de colaboración y solidaridad.
Más tarde, seguimos con nuestro periplo ferial,adentrándonos, en la zona de las atracciones,conocida desde siempre como «calle del Infierno», aunque algunos, como nuestro niño querido Miguel Angel, se encontrara, como en el Cielo, disfrutando de su paseo a lomos de un caballito pony.
El primer día, fuimos también, al circo, donde nos reímos muchísimo, con los payasos y sus ocurrencias, y nos deleitaron con un sinfín de actuaciones, a cada cual, más original y entretenidas, elaboradas con maestría y habilidades y sin que faltara la música con sus piezas, alegres y divertidas.Después el regreso a casa,contentos y felices, aunque algunos, tal vez, un poco cansados, ya que, a pesar de tener un tiempo magnífico, la temperatura,era quizás, algo alta para estas fechas, pero todo se soporta bien, pues ha merecido la pena, nuestra excursión y pasar unas horas en la fantástica e inigualable Feria de Sevilla.
Ahora, a esperar al próximo año, pidiéndole a Dios, Salud para poder repetir, estas jornadas tan agradables, alegres y placenteras.
Pepe Carballido.