Este año, la Casa de Granada ha vivido una Navidad especial junto a los Misioneros Combonianos. La Navidad empezó como cada año, recibiendo grupos de gente que venían a cantar villancicos y compartir con los acogidos, así como recibiendo todo lo que generosamente nos traían los granadinos. Pero llegó la Nochevieja, y los Combonianos acababan de acoger en su casa un grupo de casi 20 jóvenes africanos que habían llegado a nuestras costas en patera. Tristemente los habían «soltado» en la estación de autobuses de Granada a que se las arreglasesn solos como pudieran.
PROVIDENCIALMENTE, un misionero comboniano se los encontró en la estación y pudo entenderse con ellos en francés. Sin dudarlo, la comunidad de Granada les abrió las puertas, porque no tenían donde dormir con el frío. En colaboración con ellos la Casa del Sagrado Corazón de Granada les abrió también las puertas y este año hemos podido vivir una Nochevieja muy especial, pero muy de Dios, en donde estos africanos sin techo, sin papeles, solos y muertos de frío han podido sonreir después de mucho tiempo y despuérs de haber visto morir a algunos de sus compañeros en el mar, compartiendo una realidad nueva para ellos, compartiendo las uvas con nuestra familia de acogidos, hermanas y voluntarios. Realmente, El Señor se ha manifestado en nuestras vidas.